
No son pocos los estudios que demuestran que los excrementos de algunos pájaros, sobre todo los de los
ruiseñores, son excelentes hidratantes para la piel.
Este tratamiento tan curioso, surge como una alternativa no invasiva y natural frente a la cirugía estética. Sin embargo, no es una nueva técnica, si no que ya era conocida en el siglo XVII, muchas mujeres japonesas la utilizaban como crema hidratante para el cutis.