El
bótox es un tratamiento de
medicina estética que se lleva aplicando tiempo en la resolución de
problemas faciales, esencialmente se relacionaba hasta ahora con su efectividad en la
eliminación de arrugas. Son precisamente sus excelentes resultados los que han llevado a experimentar con su aplicación en otros problemas, como es el caso del
uso del bótox para quitar la celulitis.
El bótox no es sino el nombre con el que se conoce a la toxina
Clostridium Botulinum, que se caracteriza por provocar un
efecto paralizante en los músculos de la zona tratada, ya que actúa como bloqueador de las transmisiones entre las células nerviosas. Al usar el
bótox como tratamiento contra la celulitis lo que se consigue es que, en el área tratada, no se produzcan contracciones musculares, con un reblandecimiento general de esa parte que facilita la disolución de la grasa.
Se mejora la eficacia del bótox para combatir la celulitis si se combina con otros tratamientos estéticos como la mesoterapia o la mesolipolisis. Por supuesto, todo ello mientras el paciente se habitúa a mantener ciertos modos de vida saludables, como una dieta equilibrada y el abandono de una rutina sedentaria.
Los efectos del bótox en la lucha contra la celulitis, si se siguen todas estas pautas, son visibles a la semana de la aplicación del tratamiento. El efecto relajante del bótox suele durar unos seis meses, pero puede ser la solución definitiva en la eliminación de la celulitis si se es riguroso en la práctica de los consejos de mantenimiento antes citados.