Conviene ubicar el
acné en su justa posición en lo que se refiere a la seriedad de este
problema, tanto a nivel estético como de salud. No es de recibo considerarlo como una inevitable etapa que deben padecer los adolescentes, sino que se le debe prestar la atención conveniente y la asistencia médica especializada apenas empiecen a presentarse los primeros síntomas.
Porque, lo primero que hay que señalar es que
el mejor tratamiento contra el acné es la prevención y la toma de medidas adecuadas en las etapas incipientes de
problema. En este sentido existen en el mercado numerosos geles cuyo componente básico es el
peróxido de benzoilo, una sustancia con poder astringente y desinfectante. De esta manera, ataca eficazmente al acné en sus dos vertientes, la proliferación de grasa que lo origina y la eliminación de las bacterias que complican la dolencia al generar infecciones en la zona.
Sin embargo, la medicina dermatológica y estética ha conseguido respuestas muy eficaces también para aquellos casos en los que el acné ha dejado secuelas permanentes en la piel. Esas cicatrices que tanto afean el rostro de estos pacientes y que, en muchos casos originan problemas de autoestima complejos e incluso depresión a quienes los padecen, tienen hoy solución.
Todos estos
tratamientos contra el acné tienen como base conseguir a regeneración de la piel en las zonas afectadas. Entre los que mejor funcionen destacan los
tratamientos con láser y el uso de cremas y aplicaciones tópicas que contengan
Raocután, aunque esta sustancia siempre bajo la supervisión de los profesionasles que trabajan en los
centros de tratamientos contra el acné por sus numerosas contraindicaciones.