No seremos nosotros quienes dudemos de las ventajas y comodidad que el acceso a internet supone para nuestra vida cotidiana. Pero, como en todo, hay que acercarse a este fenómeno con todas las precauciones y garantías. Sobre todo en materias tan sensibles como nuestra salud.
La fiabilidad de la información sobre tratamientos y especialistas en medicina estética en la Red es, cuando menos, discutible. Es difícil que se pueda establecer un control real sobre las innumerables ofertas de centros y médicos que se pueden encontrar con una simple búsqueda en internet. Pero, lo riesgos para nuestras salud que puede implicar una mala elección son demasiado graves como para que no tomemos todas las precauciones posibles.
Si esto añadimos el gran negocio que en la actualidad supone todo lo que tiene que ver con los tratamientos de estética en el mundo, podemos entender mejor como hay muchos que quieran sacar partido de esta enorme demanda. Y es que, solo en 2013, la ISAPS confirmaba que se habían producido unos 23 millones de tratamientos de estética y más de 11 millones de cirugías en todo el planeta.
La comodidad y rapidez para conseguir información en internet no tiene comparación con ningún otro medio. Sin embargo, esa la ingente cantidad de datos puede resultar un inconveniente. Lo recomendado por cirujanos y especialistas es usar el sentido común. La primera alerta debe saltar ante las “gangas”. El coste de los tratamientos es muy similar y quienes nos proponen precios muy por debajo están ocultando algún recorte de garantías para nuestra salud.