Los profesionales de la medicina estética llevan años quejándose de la visión superficial que, en general, se da su trabajo. Es normal que se considere que las personas que se preocupan de su estética, lo hacen desde una perspectiva que nada tiene que ver con su salud. Y, si bien es cierto que se podría considerar que es así en algunos casos, hay muchos en los que estética y salud son un binomio inseparable.
Una de las actuaciones más significativas en esta línea es la que tiene que ver con las dietas y otros tratamientos para la pérdida de peso. En circunstancias normales, que una persona esté en su peso ideal o en unas proporciones razonables no solo es una cuestión estética, es una medida muy saludable. La obesidad es responsable o incide directamente en no pocas enfermedades, algunas de ellas muy serias.
Así, tomar iniciativas que conduzcan a un individuo a perder esos kilos que le sobran es una medida acertada desde el punto de vista médico. Pero, no todas las dietas o sistemas que se utilizan para conseguir este fin son aceptables. Por desgracia, hay muchos de estos tratamientos que no solo no son eficaces, sino que pueden ser dañinos para la salud.
Como norma, tenemos que rechazar cualquier dieta que se nos recomiende a título personal, sin la supervisión de un médico o profesional cualificado. Se debe prescribir el tratamiento después de un riguroso estudio personalizado. Y hay que olvidarse de métodos mágicos, perder peso lleva un tiempo y requiere un esfuerzo. Solo así, además de nuestra ima
gen, estaremos cuidando nuestra salud.