Hay algunas
técnicas de cirugía estética que son mayoritariamente demandadas por las mujeres, mientras otras parecen especialmente diseñadas
para problemas masculinos. En este segundo caso parecería que se encuentra el caso del
implante capilar, aunque cada vez son más mujeres las que se apuntan a esta fórmula por sus diferentes aplicaciones.
Pero, ciertamente, en origen el implante
capilar ha venido a resolver uno de los problemas más preocupantes para los hombres, la
calvicie. Básicamente, se puede resumir esta cirugía estética del implante
capilar como una operación en la que se rellenan aquellas zonas en las que se ha perdido pelo, con cabellos provenientes del propio paciente, lo que evita rechazos, extraídos de la parte de atrás y los laterales de la cabeza.
Los resultados de un
implante capilar actualmente son espectaculares, ya que se inserta el pelo de manera individual y siguiendo las líneas que se dibujarían de forma natural. Gracias al uso de la más avanzada tecnología, se consigue una precisión total (
microscopios electrónicos, lupas...). Es una intervención de
cirugía estética que dura alrededor de cuatro horas, en una sola intervención. Los efectos empiezan a ser visibles en mes y medio y, en poco más de 26 semanas, se aprecia el resultado definitivo.
Esta innovadora y perfeccionada forma de practicar el implante de cabello permite que se pueda aplicar otros lugares que no son el cuero cabelludo. Por ejemplo, se puede usar esta técnica para repoblar cejas, la barba y el bigote e, incluso, las pestañas, siempre con unos resultados muy naturales.