No suele ser un tema que
se reconozca públicamente y, precisamente por el componente de
rechazo social que implica, lo cierto es que los problemas de
hipersudoración son un verdadero quebradero de cabeza para
quienes los sufren, nunca mejor dicho, en silencio. La sudoración
que es un proceso básico y necesario que tiene el organismo para
eliminar toxinas y regular la temperatura, cuando funciona
incorrectamente provoca no pocos problemas.
La hiperhidrosis,
que es el nombre técnico de este exceso de sudoración, tiene
efectos incómodos en el desarrollo de las actividades cotidianas de
quienes la padecen. Pero, además puede afectar a su salud por puede
ser un foco de crecimiento de infecciones bacterianas en la piel.
Este problema se agrava entre la población que vive en zonas
tropicales o de altas temperaturas.
Hasta ahora, no existían
tratamientos verdaderamente eficaces y sin riesgo para solucionar
este problema de exceso de sudoración corporal. Sin embargo,
se ha demostrado que la correcta aplicación de determinada toxina
botulínica (bótox) contribuye de manera real a la
disminución de la sudoración.
Hay que pensar que la
sudoración es producto de la estimulación por el sistema
nervioso de las glándulas sudoríparas. Aplicando bótox en las
zonas afectadas, en la medida y profundidad precisa, se inhibe la
liberación de acetilcolina con lo que se corrige el exceso de
sudoración. El tratamiento se con analgesia local en la zona,
para reducir las posibles molestias. Es esencial que se realice la
técnica por un experto que sepa determinar las cantidades de bótox
purificado que se necesitan.