La
rinoplastia es, sin duda, una de las intervenciones de
cirugía estética más demandada en Argentina. Aunque es ya mucha la experiencia acumulada por los profesionales en este tipo de operaciones, es conveniente recordar que se trata de procedimientos médicos en los que se corren ciertos riesgos, algunos de los que se pueden minimizar si se siguen unas sencillas pautas en el
preoperatorio de la rinoplastia.
Desde luego, por parte del cirujano es imprescindible someter al paciente de un preoperatorio por rinoplastia a las mismas pruebas médicas que para otra intervención quirúrgica, más si supone el uso de analgesia completa. Entre esos estudios hay que incluir una analítica de sangre y orina completa, además de una valoración del sistema cardio-respiratorio.
También es indispensable un preoperatorio de rinoplastia que no deje ningún cabo suelto en lo que se refiere a la preparación psicológica del paciente. Son necesarias varias entrevistas con el afectado, en la que se incluya un estudio fotográfico y muestras de las posibles variantes en su aspecto que vaya a sufrir.
Finalmente, el propio afectado puede tomar algunas medidas en el preoperatorio de su rinoplastia para llegar a la operación en las mejores condiciones. Hay que evitar el uso de productos inhalados, al menos durante el mes anterior. Tampoco conviene consumir salicilatos en las semanas anteriores y posteriores a la intervención, por riesgo de hemorragias. Nada de rayos UVA, depilación o tratamientos de piel, en la semana antes de operarse y, si es posible, realizar ejercicios respiratorios por la boca, para afrontar mejor el postoperatorio.